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PENSAMIENTOS QUE SALEN DE MÍ, A TRAVÉS DE MIS DEDOS...

Intentando dar un respiro a mi mente... Desde aquí quiero compartir mis relatos con vosotros. Las ilustraciones, casi todas son descargas de Internet. Si alguien las siente suyas que me lo haga saber y las retiraré. Los textos están bajo licencia SafeCreative, si alguien quiere copiarlos que me lo haga saber y gustosamente se los cederé.


31 de julio de 2009

MELANCOLÍA


Suelo sentarme en el porche, al atardecer. Aquellos atardeceres que manchan toda la llanura de rojo y que acarician tu piel con aquella sensación de abrigo.

Suelo beber una mezcla de hierbas, cuya receta, la heredé de la abuela Juana. Ella siempre decía que le ayudaba a pasar el día. Después bromeaba sobre el brebaje, lo heredó de su madre, siempre comentaba que era repugnante pero que realmente lo que hacía que fuera tan especial, eran aquellas gotitas de licor que le añadía.

Gustaba de recordar viejas vivencias, mientras observaba cómo regresaban los zagales, de la charca, lugar de juegos e improvisado punto de pesca. Llegaban exhaustos pero plenos de felicidad, retornaban ataviados con aquellas latitas oxidadas, repletas de diminutos peces; que luego ofrecían al pobre gato de la abuela. Desde que cayó del roble no era el mismo, había quedado tan raquítico que los huesos parecían la misma piel. Los niños se empeñaban en darle de comer, creyendo que así sanaría. Juana, se los miraba, con felicidad, aún a sabiendas de que el pobre gato no se recuperaría.

Los niños se impacientaban al no ver al gato comer, y se enfadaban sabedores que no probaría bocado hasta que llegara Pedrito. Era cómo si el pobre gato se compadeciera. Juana lo sabía, y echaba una mirada al final del camino, esperando que apareciera.

Pedrito era el más pequeño y débil de los rapaces, siempre se quedaba atrás; sus cortas piernas no podían seguir el paso acelerado de los demás, y estos sabiéndolo aún apresuraban más. Al llegar, únicamente portaba un pez en su oxidada latita. La abuela se preguntaba, si lo pescaba o era el pez que por compasión se dejaba atrapar. En tal caso, el gato se levantaba para probar el pez, mientras, Pedrito se llenaba de orgullo al comprobar que era el suyo, el que comía primero.

María sale de la casa, lleva un vaso de aquel singular brebaje entre sus manos.

¿Qué piensas, Pedro?

Nada en especial, recordaba cuando era chico.

María se sienta junto a él. Y los dos toman un sorbo, mientras contemplan aquel atardecer; que mancha de rojo la llanura y acaricia sus cuerpos, con una sensación de bienestar.


Relato presentado al I PREMIO HEBE PLUMIER DE RELATO CORTO.

Safe Creative #0907314185181

30 de julio de 2009

Un Soldadito En El Mundo.

Corría el año de nuestro señor 1860 cuando, al mando del capitán general Marcos José de Garro Senei de Artola, sorprendemos a una guarnición portuguesa, con una milicia de tres mil guaraníes, haciéndola prisionera y volviendo a tomar Colonia de Sacramento.
Yo la verdad, estaba más que harto de aquellas confrontaciones, alejado del Reino de España, y sin nadie que me esperara.
Este humilde servidor, José de La Fragueta. Soldado raso de dicho reino mencionado, se dispone a renunciar voluntariamente y sin que nadie se percate de ello, de las artes de la guerra. Y aprovechando la confusión de, que hacer con el gobernador y fundador Manuel Lobo, me escabullo por una de aquellas callejuelas.
Los días siguientes, me los paso buscando cobijo entre los lugareños, siendo español, la verdad es que me es difícil, nadie quiere cobijar a un represor. Intento convencerles, que no soy igual que mis compatriotas, pero mi acento y mi tez, dicen lo contrario.
En aquella época, todos quieren poner su granito de arena, hay edificaciones de rasgo portugués y los españoles se apresuran a intentar levantar las suyas. A faltos de maestros albañiles, hacen lo que pueden. Recuerdo las enseñanzas de mi amado padre, maestro entre maestros de albañilería, así que, sin dejarme ver por la milicia, me incorporo a la cuadrilla de los constructores.
!No está mal! Comida, un sueldo en oro y un lugar donde dormir.
Los días pasaban, y el pueblo iba tomando forma, hasta que me encargaron pavimentar una de las calles que para mí, era la más triste. En ella llevaban a los condenados a muerte, para que el río Plata los engullera en su marea alta. Dando su último suspiro en dicha calle. El nombre con que yo la bauticé fue, la calle de los suspiros, aunque su verdadero nombre en aquella época fuera otro.
Harto de todo aquella bestialidad por poseer un trozo de tierra, decidí coger el primer barco que saliera hacia cualquier lugar. Entonces descubrí la goleta Mercedes, que en un largo viaje se dirigía hacia el continente asiático.
Safe Creative #0907304183654

25 de julio de 2009

INVISIBLE...


¿Cómo decir lo que a veces pienso?

Si ni tan solo me escuchan, ¡Cuánto daría! ni que fuese una vez, que alguien me mirará cuando hablo. Puede que sea invisible, me lo planteo en muchas ocasiones.

Entro en la panadería:

El último, por favor.

Nadie responde, desilusionada salgo del local.

Transcurren los días y cada vez más, mi reflejo se difumina. Poco a poco desaparezco, nadie parece darse cuenta, mi recuerdo no es más que un simple nombre, en un buzón de correos.

Oye Marta, ¿y aquella chica del quinto?

¿Qué chica?

Sí, aquella que no hablaba con nadie.

Creo que se marchó.

Safe Creative #0907254167735

16 de julio de 2009

¿ABSURDO?


Extrañas circunstancias hicieron que aquel viaje de placer, que tanto anhelaba, se convirtiera en una visita extraña e inhóspita a una zona “idílica”. Al menos eso era lo que anunciaban aquellos folletos, que encontré en el buzón de mi humilde apartamento:

“Pase las mejores quince noches, en el paraíso siempre soñado”. La verdad es que el importe, me pareció de lo más asequible. Por esa cantidad, sólo podía aspirar a una semana en la playa masificada de moda, y la verdad era, que no me apetecía demasiado. Ya que lo que buscaba era pasarme los días en el hotel, descansando y sin tener que salir a tostarme al sol, o a visitar las ruinas de turno.

Así que, cogí uno de los folletos y me dispuse a realizar la reserva, no sin antes leerme la letra pequeña.

La tan esperada llamada llegó:

¿Sr. Ben?

Sí, yo mismo.

Bien, le esperamos mañana a las seis de la tarde, en la Plaza Independencia, para trasladarle a su destino.

El lugar era tan tranquilo, que solamente se podía acceder en todo-terrenos que te proporcionaba la agencia.

Al día siguiente llegué una hora antes, estaba impaciente, por irme. El todo-terreno se hizo esperar. Una vez que llegó, le pregunté al conductor si era el único pasajero. Es que verá usted. Me contestaba riéndose.

Es que quince noches... !Son muchas noches! Para observar el firmamento.

Estaba un poco extrañado, sabía que había crisis, pero por el precio...

Llegamos bastante tarde, ya que el camino era bastante escabroso.

Bueno, aquí le dejo, piense que volverá a recogerle en quince noches. Mientras se marchaba con un movimiento de cabeza.

El hotel estaba situado en lo alto de una colina. Así que, el paisaje aún nocturno se adivinaba de lo más agradable.

Hotel rústico y familiar, parecía acogedor. El recepcionista, se mostró asombrado al comprobar, que había realizado la oferta de quince noches.

¿Está seguro de querer estar quince noches?

Bien, vengo a descansar.¿Tan mal se está aquí?

No, no, al contrario, pero... bueno, usted sabrá que hace.

Una vez acomodado en la habitación, aún no salía de mi asombro, de la reacción del recepcionista.

Me dispuse a dormir ya que el viaje me había dejado exhausto. Llegó la mañana y con ella, ruidos de puertas que se abrían y cerraban. Lo primero que vi al abrir los ojos, fue un niño que me observaba, mientras se introducía el dedo en la nariz.

¿Tú quien eres?¿Qué haces aquí? Le pregunté, sorprendido.

Estoy de vacaciones. Me contestaba, intentando sacar aquello, que se hurgaba en la nariz.

¿En que habitación estás?

En esta. Mientras intentaba asimilar aquella respuesta, entró una señora, adivinándose la madre.

¡Juanito, deja que se cambie el señor que se tiene que marchar!

Aún desde la cama, veía la escena, cómo si de una película cómica se tratase.

¡Pero... señora! ¿Cómo que me tengo que marchar?!Esta es mi habitación!

Aquella mujer se me quedó mirando, sin perder ni en un momento los modales:

También es la nuestra, para eso he contratado en la agencia los quince días.

¡Y, yo! Contesté, rozando la grosería.

¡ No señor! Me contestó la mujer, con cierta desfachatez.

Según el recepcionista usted ha contratado las noches.

La situación me dejaba perplejo, ni en su mejor época dorada, Woody Allen hubiera pensado una escena más surrealista.

Pero señora, ¿Usted no ve lo absurdo de la situación?

¿Absurdo? Será para usted. Yo las noches me las pasaré observando el firmamento, para eso estoy aquí. Señalándome el enorme telescopio que portaba.

Bien, cómo expliqué al principio de la historia, unas vacaciones “soñadas”, se convirtieron en un deambular por el inhóspito territorio, sin poder poner un pie en el hotel, hasta bien entrada la noche.

Una vez de vuelta de mis “preciadas vacaciones”, me puse en contacto con la agencia, para que al menos me dieran unas razonables explicaciones.

Sr. Ben, usted solamente contrató las vacaciones del folleto de las noches. Si hubiera querido los días completos, tendría que haber contratado las vacaciones de los folletos día-noches.

Así que me puse a buscar los folletos, y... ¡ Tenían razón!

Allí estaban los tres folletos: quince días, quince noches, y el de quince días-noches.

La respuesta que me dieron, es que hoy en día la publicidad era bastante agresiva y que otra vez me fijara más...

Ya estáis avisados.

Foto cedida por Carmen, de:Un sitio diferente. http://carmen-unsitiodiferente.blogspot.com

PREMIO


Gracias, estos pequeños premios hacen que me vuelva grande,este me ha sido otorgado por Eu, de: La gente que me gusta. http://eulaliamarina.blogspot.com

Cómo en los otros premios no dudaré en ponerl, pero cómo para mí los premios los reciben personas no blogs, no puedo dar ganadores, son todos buenísimos ruego que me perdone el que piense que rompo la cadena.

6 de julio de 2009

ALAÍS...


Pues bien Luis, después de aquel día que la encontré contemplando el mar, cómo si buscara algo, se sucedieron muchos más días con el mismo afán. Yo, ya no le daba importancia, pensaba que realmente huía de alguna cosa, hasta que llegó aquella noche...

Regresaba del pueblo, cuando vi que Alaís no estaba en la casa. Anochecía, así que me dirigí al lugar donde probablemente la podría encontrar; la playa.

El silencio que reinaba de camino a la playa era extrañamente singular. La busqué por todas partes, sin resultado alguno. Decidido a buscarla en otro lugar, di media vuelta, en dirección a los acantilados, y en aquel instante el chapoteo de las olas hizo que girase...

¿Se bañaba? Peter.

No exactamente. La venían a buscar.

¿Un barco?

Eso creía yo, pero lo que vi en aquellas aguas, me heló la sangre.

Seres escamosos y ojos rasgados, que surgían de las aguas, y entre ellos... Alaís.

Era algo monstruoso de ver, la dulce y delicada Alaís, era en realidad una especie de líder de aquellos seres. Intenté salir corriendo, pero los músculos no me obedecían.

!Peter!¿Qué me estás contando?

Sí, sé que es algo increíble, y... te lo cuento para que tú lo puedas explicar, ya que todos los habitantes de Isu estamos perdiendo la memoria, sobre Alaís. Por eso me fui de la isla, consciente que si me quedaba todo quedaría en el olvido. A más fue algo tan... dantesco, que no quiero seguir allí.

Empiezo a olvidarme de los detalles Luis, pero aún puedo recordar lo último que me dijo:

Lo siento, Peter... te has portado bien conmigo, pero no puedo permitir que lo recuerdes. Perdí el rumbo, que seguía con mis hermanos.

¿Pero que eres? Le pregunté, paralizado por el temor de aquella criatura.

_Nos llamáis sirenas, algunos nos habéis visto a lo largo de los tiempos. Inmortalizándonos a vuestro antojo. Pero sois demasiado arrogantes y crueles, para querer tener contacto con vosotros. Quiero que sigáis pensando que somos una leyenda, no somos reales para los humanos, y así seguirá.

Mientras escribo esto, Peter me agradece que le haya dado el papel protagonista, pero me recalca que tengo mucha imaginación.

Viajé a Isu intentando dar con algún vestigio de Alaís. Nadie me supo dar respuesta. Y de Peter... me comentaron que se marchó sin más, que era algo extraño...

Firmado:

Safe Creative #0907064084369

3 de julio de 2009

EUROPA VII

Quiero compartir con vosotros un video La oreja de Van Gogh, que me ha dejado reflexionando sobre la torpeza humana para subsistir en paz. Espero que os guste.Gracias

PREMIO.

Bueno aparte del estropicio que yo solito he realizado en mi blog, quiero agradecer de todo corazón el premio que me ha concedido Simone B. del blog "ni Prada ni Manhatan, http://nipradanimanhattan.blogspot.com .Pero... no puedo seguir las normas de la cadena, ya que no soy quien para escoger a 15 candidatos, ya que: todos seríais merecedores del mencionado.Ya que simplemente por el echo de tener un blog, es que tenéis inquietudes por transmitirlo a todo el mundo.
No obstante quedará muy bien en mi vitrina de premios.!!!GRACIAS!!!