Tarde, muy tarde. Casi anocheciendo en el sur, nadie diría que había sido un día de jolgorio. Aún se podía respirar en el ambiente, las almas que habían estado allí durante toda la jornada.
Ella contemplaba la escena como si siguieran allí. Solo quedaba esperar que poco a poco la noche se apoderara de aquel lejano rincón. Recordaba, como si el corto pasado todavía no hubiera echo acto de presencia. Nadie seguía en aquel reconfortante lugar, poco a poco habían ido desapareciendo.
Por extraño que pareciese, indiscutiblemente su aparición no gozaba del agrado de los presentes. No le importaba, siempre los había considerado unos memos, aún cuando se acercó sigilosamente a su primer invitado…y tras probar aquel dulce y cálido elixir, la hizo sentir viva. Nadie le dijo que tendría aquellas sensaciones, ¡quería más!
Cálido elixir son tus versos..
ResponderEliminarMuy bello y es un agrado inmenso leerte.
Un abrazo
Saludos fraternos...
Inmenso el placer de verte por aquí,Adolfo.Saludos.
ResponderEliminarComo siempre tu imaginación desborda...Grandes saludos y mil gracias por dejar tus pasos...
ResponderEliminarIndia.
Muy bonito Hydro, me da gusto leerte amigo....Un abrazote ..
ResponderEliminarIndia,Maais, un placer veros por aquí.Saludos y un gran abrazo.
ResponderEliminarLas personas que son diferentes son estrañas para los demás. Tentador elixir que enloquece en silencio.
ResponderEliminarUn abrazo del alma
Naia