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PENSAMIENTOS QUE SALEN DE MÍ, A TRAVÉS DE MIS DEDOS...

Intentando dar un respiro a mi mente... Desde aquí quiero compartir mis relatos con vosotros. Las ilustraciones, casi todas son descargas de Internet. Si alguien las siente suyas que me lo haga saber y las retiraré. Los textos están bajo licencia SafeCreative, si alguien quiere copiarlos que me lo haga saber y gustosamente se los cederé.


16 de julio de 2009

¿ABSURDO?


Extrañas circunstancias hicieron que aquel viaje de placer, que tanto anhelaba, se convirtiera en una visita extraña e inhóspita a una zona “idílica”. Al menos eso era lo que anunciaban aquellos folletos, que encontré en el buzón de mi humilde apartamento:

“Pase las mejores quince noches, en el paraíso siempre soñado”. La verdad es que el importe, me pareció de lo más asequible. Por esa cantidad, sólo podía aspirar a una semana en la playa masificada de moda, y la verdad era, que no me apetecía demasiado. Ya que lo que buscaba era pasarme los días en el hotel, descansando y sin tener que salir a tostarme al sol, o a visitar las ruinas de turno.

Así que, cogí uno de los folletos y me dispuse a realizar la reserva, no sin antes leerme la letra pequeña.

La tan esperada llamada llegó:

¿Sr. Ben?

Sí, yo mismo.

Bien, le esperamos mañana a las seis de la tarde, en la Plaza Independencia, para trasladarle a su destino.

El lugar era tan tranquilo, que solamente se podía acceder en todo-terrenos que te proporcionaba la agencia.

Al día siguiente llegué una hora antes, estaba impaciente, por irme. El todo-terreno se hizo esperar. Una vez que llegó, le pregunté al conductor si era el único pasajero. Es que verá usted. Me contestaba riéndose.

Es que quince noches... !Son muchas noches! Para observar el firmamento.

Estaba un poco extrañado, sabía que había crisis, pero por el precio...

Llegamos bastante tarde, ya que el camino era bastante escabroso.

Bueno, aquí le dejo, piense que volverá a recogerle en quince noches. Mientras se marchaba con un movimiento de cabeza.

El hotel estaba situado en lo alto de una colina. Así que, el paisaje aún nocturno se adivinaba de lo más agradable.

Hotel rústico y familiar, parecía acogedor. El recepcionista, se mostró asombrado al comprobar, que había realizado la oferta de quince noches.

¿Está seguro de querer estar quince noches?

Bien, vengo a descansar.¿Tan mal se está aquí?

No, no, al contrario, pero... bueno, usted sabrá que hace.

Una vez acomodado en la habitación, aún no salía de mi asombro, de la reacción del recepcionista.

Me dispuse a dormir ya que el viaje me había dejado exhausto. Llegó la mañana y con ella, ruidos de puertas que se abrían y cerraban. Lo primero que vi al abrir los ojos, fue un niño que me observaba, mientras se introducía el dedo en la nariz.

¿Tú quien eres?¿Qué haces aquí? Le pregunté, sorprendido.

Estoy de vacaciones. Me contestaba, intentando sacar aquello, que se hurgaba en la nariz.

¿En que habitación estás?

En esta. Mientras intentaba asimilar aquella respuesta, entró una señora, adivinándose la madre.

¡Juanito, deja que se cambie el señor que se tiene que marchar!

Aún desde la cama, veía la escena, cómo si de una película cómica se tratase.

¡Pero... señora! ¿Cómo que me tengo que marchar?!Esta es mi habitación!

Aquella mujer se me quedó mirando, sin perder ni en un momento los modales:

También es la nuestra, para eso he contratado en la agencia los quince días.

¡Y, yo! Contesté, rozando la grosería.

¡ No señor! Me contestó la mujer, con cierta desfachatez.

Según el recepcionista usted ha contratado las noches.

La situación me dejaba perplejo, ni en su mejor época dorada, Woody Allen hubiera pensado una escena más surrealista.

Pero señora, ¿Usted no ve lo absurdo de la situación?

¿Absurdo? Será para usted. Yo las noches me las pasaré observando el firmamento, para eso estoy aquí. Señalándome el enorme telescopio que portaba.

Bien, cómo expliqué al principio de la historia, unas vacaciones “soñadas”, se convirtieron en un deambular por el inhóspito territorio, sin poder poner un pie en el hotel, hasta bien entrada la noche.

Una vez de vuelta de mis “preciadas vacaciones”, me puse en contacto con la agencia, para que al menos me dieran unas razonables explicaciones.

Sr. Ben, usted solamente contrató las vacaciones del folleto de las noches. Si hubiera querido los días completos, tendría que haber contratado las vacaciones de los folletos día-noches.

Así que me puse a buscar los folletos, y... ¡ Tenían razón!

Allí estaban los tres folletos: quince días, quince noches, y el de quince días-noches.

La respuesta que me dieron, es que hoy en día la publicidad era bastante agresiva y que otra vez me fijara más...

Ya estáis avisados.

Foto cedida por Carmen, de:Un sitio diferente. http://carmen-unsitiodiferente.blogspot.com

19 comentarios:

  1. Uhhh, es verdad que parece un cuento surrealista! jajaja!

    Muy bien narrada, Hydro :)
    Un beso.

    (gracias por tu voto, guapísimo... te votaré también)

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  2. Hola Hydro!

    La letra pequeña se las trae... verdad?

    Gracias por referenciar tan bien la foto, tu relato "absurdo" me enganchó desde su inicio.

    Cuando quieras volvemos a colaborar, un placer leerte y visionar una foto mia en un relato tuyo.

    Un abrazo, con letra muy grande!

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  3. Me fijaré bien en los folletos, no sea que me pase.
    Besos.

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  4. Gracias Rebecca, la verdad es que sí, es una especie de relato surrealista, ah!! lo del voto no tiene que ser obligado jejejej.
    Pues si Laura, nos tendríamos que fijar bien.
    Bueno Carmen, el honor es mío al tener una colaboradora gráfica.Te recuerdo que aún me debes unas fotos, jajaja, es broma, siempre estaré encantado de tu colaboración.
    Saludos a todas y besos desde mi costa catalana.

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  5. Es surrealista y no, Hydro. Hay gente que alquila su "tiempo" de vacaciones, fíjate tú. En esto del viaje ya no me extraña nada. Tu relato no lo veo ni tan surrealista..
    Por cierto, te tomo la palabra para lo de la bici (gorrona que soy)ainss !!

    Besitos y gracias por tan simpático relato.

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  6. Lo sé Eva, pero no es lo habitual, respecto a lo de la bici...cuando quieras!!!

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  7. pues sí , en los folletos siempre hay que fijarse en la letra pequeña , incluso en la símbología de sus dibujos , y todo muy bien narrado , todo muy ordenado , te felicito , saludoss.

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  8. Que te contraten de guionista de teleseries (a ver si alzas a las españolas, que rezuman cutrez extrema, y vamos por detras en 40 años, lo menos). Saludos!

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  9. La letra menuda... Técnicamente tienen razón. La próxima vez habrá que contratar hasta el menú de cada comida y los horarios de cada salida.

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  10. Huys que yo he contratado diez noches tambien , hay madremiaaaaa jajajajajajjaa.


    Besos .

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  11. La verdad es que sí Alejandro y hellion, la maldita letra pequeña.

    Ten cuidado Carlota jejejje.
    Richlerin, no había pensado en esa oportunidad... me lo apunto. Saludos y besos para todos.

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  12. JAJAAJA es para aprender a entender y cuscarle la otra cara a la burlona publicidad.....

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  13. Bueno, yo creo que a André Breton le habría entusiasmado tu relato :-). Un besazo fuerte, amigo

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  14. jeje, si es que nunca pero nunca leemos la letra pequeña, y siempre es donde aparecen todos los inconvenientes, no aprendemos ni a la de tres...
    muy entretenido el relato hidro
    besotes

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  15. Bonito,bonito...
    Espero que repongas esas fotos que prometiste y veamos algo mas de ti.
    Suerte en el conconcurso.
    Saludos y buen entrada de semana.

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  16. Al comienzo pensé que sería una historia de fantasmas apareciéndose en un hotel... jajajaja!!!

    Prometo leerme bien la letra pequeña Hydro, aunque no creo que en el camping, en mi tienda, tenga ese problema je je ;)

    ¡Un abrazo!

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  17. Hay que fijarse en la letra pequeña, querido amigo. Hay que fijarse.

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  18. Jajaja!!!esa letra chica y traidora!!

    Saludos de la chica.

    PD:paseando he llegado a tu blog, m engancho al hydro pensamiento.

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