Ni siquiera a sabiendas de todo aquello… me molestaría a preguntar hasta que punto me podrías herir. Ni siquiera tu repugna haría que reaccionase. ¡No, ni una sola vez!
Los días son interminables. Anhelo la noche, para poder sumergirme en el sueño. Mi sueño. Y allí estás esperándome, con los brazos abiertos y tu dulce mirada.
Mi júbilo hace que olvide mis simples pensamientos. Pasamos juntos lo que dura la noche. Es tarde… hora de volver. Me entristezco como cada noche. Tú, me despides con tu amplia sonrisa.
Cada día es peor, solo busco dormir… y seguir junto a ti.