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PENSAMIENTOS QUE SALEN DE MÍ, A TRAVÉS DE MIS DEDOS...

Intentando dar un respiro a mi mente... Desde aquí quiero compartir mis relatos con vosotros. Las ilustraciones, casi todas son descargas de Internet. Si alguien las siente suyas que me lo haga saber y las retiraré. Los textos están bajo licencia SafeCreative, si alguien quiere copiarlos que me lo haga saber y gustosamente se los cederé.


28 de febrero de 2009

Gracias,gracias por el premio

Gracias por este premio recibido por:http://marianafloris.blogspot.com. La verdad es que me hace ilusión, ya que cómo dice ella: es el primer premio que recibo.

Bueno ahora tengo que decidirme por siete candidatos, ya que la entrada cómo veis ya esta echa.Eso será dificil uuufff,!!!vaya papeleta Mariana!!!

Esta bien ahí van:

EL ALMA DIFUSA, http://elalmadifusa.blogspot.com/

Camino a marte, http://lunazul.blogspot.com/

La hoguera, http://lahogueraderebecca.blogspot.com/

MI RICONCITO, http://estem-mirinconcito.blogspot.com/

Si no lo cuento..., http://sinolocuento.blogspot.com/

Hiperbreves S.A., http://hiperbreve.blogspot.com/

Oscilaciones, http://oscilacionespendulares.blogspot.com/

Que lo disfrutéis!!!

24 de febrero de 2009

COMPASIÓN

Mi mente divaga mirando al infinito, anhelando aquella libertad que nunca tendría. Mientras, exhalo una bocanada de aquel maldito vicio de hombres.
Pienso. Algo distrae mi atención. Un sencillo pajarillo canta posado sobre una rama.
_ ¿Qué espera a cambio? Me pregunto.
Suelto una carcajada, a la vez que me doy cuenta de mi estúpida pregunta.
_ Simplemente está contento, ¿Por qué esperar nada?
_ ¡Que manera de estropearnos la vida! Me comento.
En aquel instante lo vuelvo a oír, esta vez con más intensidad, al girarme lo veo allí, observándome.
Por un instante, y sin saber, logro comprender su pensamiento.
Está triste, piensa que lleva una existencia ordinaria y sin sentido.
En lo más profundo de mi ser, un sentimiento de codicia empieza a recorrer mis venas. Intento engatusarlo para conseguir lo que más anhelo; la libertad. Le propongo cambiar su vida por la mía, mirándome e inclinando la cabeza, acepta.
Con impaciencia le persisto:
_ ¿A que esperas? ¡Cámbiame tu vida por la mía!
Él me mira con tristeza y compasión, y deja caer una lágrima diciéndome:
_ Lo hice.
_ ¿Lo hiciste? No me acuerdo. Le contesto extrañado.
_ Lo sé. Me dice susurrando.
_ ¿Entonces? Le pregunto.
Y con firmeza e indignado me contesta:
_ !Estaba equivocado, los que lleváis una vida ordinaria y sin sentido sois vosotros!_ Y derramando una segunda lágrima, emprendió el vuelo, sin darme opción a una respuesta.
Yo lo miraba, mientras se desfiguraba en la lejanía, a la vez que me avergonzaba, de que un simple pajarillo se compadeciera de nuestra existencia.
Volví a perderme en el infinito y... exhalé una bocanada de aquel maldito vicio de hombres.

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23 de febrero de 2009

EL DÍA QUE DEJÉ DE MORIR.


Allí estaba postrado en la cama, viendo cómo mi fuerza vital se iba desvaneciendo poco a poco. Echando una mirada hacia atrás y repasando todo lo que había acontecido en mi vida, estaba orgulloso de todo lo que dejaba, sin arrepentirme de nada de lo vivido.
Estaba un poco asustado de las sensaciones que comenzaba a experimentar, pero preparado para recibir lo que estaba por llegar, poco a poco la oscuridad se hizo dueña de mi mente, pero en ni un solo momento perdida la conciencia. Todo era oscuridad, envuelto en una especie de líquido, para mi familiar. No sé el tiempo que permanecí en ese estado, pero de pronto la luz y el frío se adueñaron de mí, en aquel momento dejé de pensar como hasta ahora lo había hecho, pero siempre consciente de mi ser.
Una sensación de libertad y alegría me inundaron, aún torpe en mis movimientos, sin saber que pasaba, todo era nuevo para mí, en ese momento empecé a tener una sensación de ahogo, y ella me empujó hacia arriba y pude respirar, en ese momento supe que cuidaría de mí. Aun sin saber que me pasaba, la vi delante de mi, me miraba con cariño, y yo le respondí, de mi garganta salieron sonidos que sin saber que eran, comprendía. Entonces descubrí que tenía un mundo por abrir, en realidad eran dos, pues necesitábamos el de arriba para llenar nuestros pulmones de aire. Aun no comprendía, porqué cuando nos acercábamos a los límites del mundo exterior, una sensación extraña se apoderaba de mí, y me empujaba hacia él, luego ella me miraba y comprendía que no tenía que ir; ( Algunos de los nuestros se habían adentrado en aquel mundo y nunca más regresaron ).
Ella me enseñó a vivir, un día, mientras me instruía, algo pasó por encima de nosotros a gran velocidad, en ese momento la sensación extraña se apoderó de mí, tenía que saber que era aquello, y me dispuse a perseguirlo, alguna cosa me decía que tenía alguna conexión con aquello. Salté lo más alto que pude, y entonces lo vi... seres extraños, que al mismo tiempo gritaban...! DELFINES ¡
¿Admiráis su inteligencia? Yo sí.


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UFFF.

Los ojos lagrimosos, escociendo cada vez más.Cuanto más parpadeo,más dificil se me hace mantenerlos abiertos.

La mente aturdida, busco en ella y sólo encuentro una nebulosa.No puedo pensar, se me hace díficil hasta mantener una coherencia.

Los oidos mantienen un silbido más fuerte de lo habitual.

Exploro mi cuerpo, y cada músculo, cada hueso y cada milímetro de piel, se hacen notar.



Esfuerzos alegres y motivados de estos últimos días, es el resultado de mi aquejoso cuerpo.



Pero...!mereció la pena!



!Vaya carnaval!



6 de febrero de 2009

PERDIDO

Aquel sueño que tenía constantemente lo dejaba exhausto, pero era un cansancio agradecido.
Se levantaba eufórico y feliz. Era el motor que permitía que fuera agradable y simpático durante todo el día. Sabía que era solamente un sueño, algo irrealizable de ninguna de las maneras, ya que aquello que le sucedía todas las noches, cuando dormía, ponía en duda todas las leyes de la física.
No tenía prisa por ir a dormir, de echo sabía que si intentaba forzar la situación, acabaría durmiendo, simplemente...
Llegó tarde a casa, la jornada laboral había sido dura. Aquel optimismo matutino, había desaparecido. No sabía si aquella noche soñaría, no quiso pensar. Estaba cansado, muy cansado, sólo quería dormir. Así que, pensó, que si se tomaba un par de somníferos, aquella noche sencillamente dormiría.
Bebió un vaso de leche caliente y detrás los somníferos, y fue a dormir...
Al instante abrió los ojos y admiró el acantilado con el que soñaba cada noche. Cómo de costumbre salió disparado hacia el borde del mismo. Saltando al vacío sin pensar en sus consecuencias, tras varios segundos precipitándose, extendía los brazos y... remontaba el acantilado, aquel era su sueño: ¡Volaba!
Subía por encima de las nubes, echando una ojeada al planeta que le abrazaba. Ya mirando al infinito, se encontraba con quien muchos días lo contemplaba. La maravillosa y silenciosa Luna. Se paraba unos minutos, para mirar tanta belleza. Luego algo distraía su atención: la inmensidad del universo. A la vez que se regocijaba pensando, que bello era aquel sueño que le transportaba a través del universo.
_ ¡Pero... un momento, que me pasa! _
Sin saber por qué, empezó a caer hacia un vacío infinito. Los somníferos empezaban hacer efecto.
Al día siguiente, despertó descansado, pero horrorizado y malhumorado.
Grant, se percató que aquello era algo más que un sueño placentero que tenía. Los somníferos le habían forzado a dormir, se prometió no volver a usar la medicina, para algo tan natural cómo dormir.
Lo único que no se podía quitar de la mente, era el significado de aquel maravilloso sueño. Lo tenía intrigado, el echo de que nunca había podido acabar el sueño. Solamente se acordaba de su viaje por el espacio, pero nunca su fin.
Alguien le había comentado que, cerca de donde él vivía, moraba una especie de “bruja”, que leía el significado de los sueños, solamente mirándote a los ojos.
Sabía donde vivía, ya que cada día después del trabajo, era paso obligatorio. Más de una vez, había parado delante de la callejuela donde la “bruja” adivinaba. Pero en su recelo siempre acababa siguiendo adelante.
Pero hoy era distinto, Grant, se paró delante de la callejuela y alguna cosa le empujó hacia el interior. Nunca se había atrevido adentrarse en aquel barrio, era de dudosa reputación. Calles lúgubres y oscuras, resguardaban aquellas casas. De vez en cuando alguna mano asomaba tras alguna cortina, espiando al desconocido que se aventuraba por el entresijo de callejuelas.
Grant, se maldecía por haber tenido aquel impulso, hizo un gesto de querer volver sobre sus pasos, pero sonidos extraños le hicieron recapacitar. Siguió adelante, ya casi había llegado al final de aquella calle sin salida, en una esquina, se encontró con la casa de la bruja.
Una puerta de madera carcomida y pintura reseca, presidía la entrada. Golpeó la puerta, cayendo trocitos de esta, lo que le indujo ha no volver a golpearla. Se dio cuenta de que no estaba cerrada, la empujó. Y esta crujió, cómo quejándose del mal estado en que la conservaban.
Al entrar, estaba todo oscuro, solamente al fondo, se adivinaba una tenue luz. Así que, sin apartar la vista de aquella insignificante luz, se dirigió hacia el fondo, (no sin recibir unos cuantos golpes con toda clase de mobiliario.)
Una voz seca y gastada, le gritó:
_ ¡Venga entra, no tengo todo el día!
Al entrar, se encontró con una mujer desgastada y malhablada.
_No tengo todo el día _ le volvió a insistir._ ¿Qué quieres saber de tus sueños? _y sin poder responder prosiguió:
_¿Qué soñaste? ¿Qué eres millonario, que tendrás suerte en el trabajo o con una esposa guapa?
Se notaba que aquella mujer, se había cansado de predecir tonterías que le explicaban. Aquel don, que una vez descubrió cómo algo maravilloso, se había convertido en una rutina. Y sin ningún respeto y sin dejarle hablar le ordenó:
_Venga siéntate, que te mire a los ojos, no me hagas perder más tiempo.
Sin mediar palabra Grant se sentó, más asustado que otra cosa, en aquella silla coja y pegajosa.
La bruja se le puso delante, bastante cerca. El pensó que demasiado cerca, ya que podía oler aquel nauseabundo olor que salía de su boca.
La bruja le miraba los ojos profundamente, gesticulaba, le agarró la cara para que no se moviera. Estaba tan cerca que, le podía ver aquella verruga a la perfección, causándole repugnancia.
Entonces la bruja, y sin previo aviso, gritó y exclamó:
_ ¡Por todas las brujas y brujos descendientes de la Tierra!
_ ¡Fuera de aquí!
Grant estaba perplejo y con voz titubeante preguntó:
_Pero... ¿Qué ha visto? ¿Qué pasa?
Y la bruja incorporándose del suelo, ya que la exaltación la había mandado por los suelos. _ ¡He dicho que fuera! ¡No quiero saber nada de ti!
Grant se fue. De camino a casa, sólo se preguntaba: _ ¿Qué habría visto de mi maravilloso sueño?
Era tarde, así que se dispuso a cenar alguna cosa, y se fue a dormir.
Volaba maravillado por el inmenso universo que le esperaba... Se despertó alertado, alguien aporreaba la puerta con insistencia. Abrió. La única persona que no esperaría que llamara a la puerta era aquella bruja, pero allí estaba. Con su reprochable actitud, le preguntó si podía entrar, y antes de que le pudiera contestar, ya estaba dentro. Hablaba y hablaba, Grant no entendía nada de lo que decía sobre dioses, cosas que sabía que tenían que pasar y maldiciéndose por haberle tocado a ella.
Una vez que Grant le ofreció su hospitalidad, la bruja le dijo secamente:
_A ver, ¿a ti te gustaría acabar el sueño, verdad?
Grant, ávido de curiosidad y emocionado:
_ ¡Sí, si, es algo que me gustaría mucho!
_Bien, yo lo puedo conseguir_ le contestó la bruja mirándolo fríamente _pero... cómo puedes ver, yo no tengo medios... Señalándose los harapos con los que vestía.
No le costó mucho convencer a Grant para que le extendiera un cheque, ya que él estaba deseoso de conocer el por qué, de todo aquel sueño.
_Ya tendrás noticias mías. _ Y la bruja se fue... Nunca más tuvo noticias suyas.

Pasaron los años y Grant encontró con quien compartir su vida. Ella, Sofía, era una mujer agradable y comprensible. Muchas veces le había comentado a Grant, que el sueño que explicaba era muy bonito, pero que se había acabado convirtiendo en una obsesión. _¿Y la bruja? _ Le preguntaba esperando que ella le diera la respuesta.
Ella, indiferente, siempre le contestaba:
_¿La bruja? _ ¡Una vivales, que te supo engatusar, y sacarte cierta cantidad de dinero!
De todas maneras aquel sueño ya no le preocupaba tanto, con el paso del tiempo cada vez era menos frecuente.
Había cambiado de trabajo, su vida transcurría feliz y ordenada, al lado de Sofía. A veces, mientras caminaba hacia casa, divagaba. Se preguntaba si realmente la bruja hubiera sido capaz de visionarle el final de aquel sueño.
Una de aquellas veces y sin saber porqué, sus pasos se encaminaron hacia la callejuela estrecha y maloliente, de la morada de la adivinadora. Se paró en seco y, dudó un momento. Pero la curiosidad por saber si aún habitaba allí, le pudo más.
Aquella puerta no se le hizo extraña, al verla a punto de caerse. Nada había cambiado.
_¿Quién anda ahí? Preguntó una voz familiar para él.
_Perdón, ¿No sé si me recuerda? Gritó desde la puerta.
Del otro extremo, Grant pudo distinguir la silueta de la vieja bruja.
_ ¡Rayos!_ Exclamó ella al reconocerlo._ ¡Está bien, está bien! Le contestó al verse descubierta._Así que no te asusté lo bastante. Vale de acuerdo, te estafé, ¿Qué le vas hacer a esta pobre vieja? Señalándose, para que se convenciese, que ningún juez la iba a condenar por su avanzada edad.
_No, no, tranquila, sólo quiero saber si realmente viste algo o era una mera bula. Entonces la bruja al oír eso y más relajada se sentó:
_ ¡Sí, claro que vi algo! ¡Maldita sea!
_¿Sí? Preguntó él sorprendido.
_Lo que vi, y que me dio tanta rabia, y por eso te engañé. Fue la maravillosa vida que ibas a llevar, ahí lo de tus vuelos por el espacio.
_ ¿Entonces, sabrás de verdad, cómo acaba? Preguntó entusiasmado.
_Sí, amigo lo sé. No tranquilo, no es nada ancestral ni algo que se le parezca. Le contestó ella a regañadientes.
_¿Verdad que tu sueño es maravilloso?
_Si lo es. Grant dejó escapar una sonrisa.
_ Bien, es un sueño de vida. Contestó resignada.
_¿De... vida? Preguntó extrañado.
_¿Cómo te va la vida, amigo? ¿Eres feliz? Le preguntó sabiendo la respuesta.
_Sí, me va muy bien, y...
Y sin dejarle acabar, prosiguió la anciana:
_Veo que te has casado. Señalándole el anillo._Y vas a tener descendencia, pronto.
Él extrañado, a la vez que recordó que Sofía le había comentado que tenía una falta.
_No, no te extrañes, recuerda que sigo siendo adivinadora. Le confirmaba, mientras proseguía _Me dio rabia la vida que te esperaba, por eso te embauqué. Sin dejarle preguntar que era aquello del “sueño de vida”, prosiguió:
_Tu sueño acabará cuando tú acabes. Pero no te preocupes, te iras orgulloso y feliz. Sabrás que has querido y que te han querido. No todo el mundo tiene esa suerte...
_Al llegar a casa, Sofía tenía una agradable sorpresa para él. Sin dejarle decir nada, la abrazó y le dio un beso, mientras le susurraba, un delicado y cariñoso “te quiero”.






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2 de febrero de 2009

VOLVER ATRÁS

Llueve. Alguien con quien en tiempos pasados compartí vivencias, me comenta que escribo cosas tristes.
El tiempo no me acompaña. No me apetece escribir cosas que no siento. No estoy triste, pero el alma me pide nostalgias.
Tengo nostalgia de cuando era niño, de la que mi mayor de las preocupaciones era, si aquella tarde calurosa de verano, la pasaría en la playa o explorando algún lugar en las afueras del pueblo.
_Si alguien me hubiera explicado, que dejaría de explorar...
_Si alguien me hubiera comentado, que abandonaría mis juguetes predilectos...
_Si alguien me hubiera dicho, que aquella preciosa niña de coletas y pecas, sería el detonante...
Tengo nostalgia de cuando me podía pasar toda una tarde, contemplando el mar, llenando mis pulmones de aquel aroma húmedo y salado.
_Si alguien me hubiera dicho, que me inundarían las responsabilidades...
_Si alguien me hubiera comentado, que tendría obligaciones...
Tengo nostalgia de aquel primer amor, que hacía vibrar mis sentidos.
_Si alguien me hubiera explicado que no funcionaría...
_Si alguien me hubiera dicho, que se marcharía...
Tengo nostalgia de aquel amigo de juegos compartidos.
_Si alguien me hubiera dicho, que se alejaría...
_Si alguien me hubiera explicado, que no volvería...
No estoy triste. Llueve. Siento nostalgia.
_Si alguien me hubiera explicado, que no hay vuelta atrás...

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