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PENSAMIENTOS QUE SALEN DE MÍ, A TRAVÉS DE MIS DEDOS...

Intentando dar un respiro a mi mente... Desde aquí quiero compartir mis relatos con vosotros. Las ilustraciones, casi todas son descargas de Internet. Si alguien las siente suyas que me lo haga saber y las retiraré. Los textos están bajo licencia SafeCreative, si alguien quiere copiarlos que me lo haga saber y gustosamente se los cederé.


30 de julio de 2009

Un Soldadito En El Mundo.

Corría el año de nuestro señor 1860 cuando, al mando del capitán general Marcos José de Garro Senei de Artola, sorprendemos a una guarnición portuguesa, con una milicia de tres mil guaraníes, haciéndola prisionera y volviendo a tomar Colonia de Sacramento.
Yo la verdad, estaba más que harto de aquellas confrontaciones, alejado del Reino de España, y sin nadie que me esperara.
Este humilde servidor, José de La Fragueta. Soldado raso de dicho reino mencionado, se dispone a renunciar voluntariamente y sin que nadie se percate de ello, de las artes de la guerra. Y aprovechando la confusión de, que hacer con el gobernador y fundador Manuel Lobo, me escabullo por una de aquellas callejuelas.
Los días siguientes, me los paso buscando cobijo entre los lugareños, siendo español, la verdad es que me es difícil, nadie quiere cobijar a un represor. Intento convencerles, que no soy igual que mis compatriotas, pero mi acento y mi tez, dicen lo contrario.
En aquella época, todos quieren poner su granito de arena, hay edificaciones de rasgo portugués y los españoles se apresuran a intentar levantar las suyas. A faltos de maestros albañiles, hacen lo que pueden. Recuerdo las enseñanzas de mi amado padre, maestro entre maestros de albañilería, así que, sin dejarme ver por la milicia, me incorporo a la cuadrilla de los constructores.
!No está mal! Comida, un sueldo en oro y un lugar donde dormir.
Los días pasaban, y el pueblo iba tomando forma, hasta que me encargaron pavimentar una de las calles que para mí, era la más triste. En ella llevaban a los condenados a muerte, para que el río Plata los engullera en su marea alta. Dando su último suspiro en dicha calle. El nombre con que yo la bauticé fue, la calle de los suspiros, aunque su verdadero nombre en aquella época fuera otro.
Harto de todo aquella bestialidad por poseer un trozo de tierra, decidí coger el primer barco que saliera hacia cualquier lugar. Entonces descubrí la goleta Mercedes, que en un largo viaje se dirigía hacia el continente asiático.
Safe Creative #0907304183654

7 comentarios:

  1. Un gusto visitarte y leer tus artículos..
    Gracias por compartirlos

    Saludos fraternos
    un abrazo muy grande

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  2. "Calle de los suspiros" bonito nombre para una calle, bonito texto, pero me transmite un poco de pena, desilusión...espero que en el continente asiático encontrara lo que buscaba.
    Un saludo y un besico

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  3. Es un relato interesante, y tu manera de contarlo engancha hasta el final.
    Es curioso el nombre que les damos a veces a las cosas por muy crueles que sean.

    Besos, Hydro.

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  4. Gracias Adolfo el gusto es mío por leer tus protestas.
    Bueno Pili la verdad es que si te das cuenta nuestro"soldadito"desertó, desilusionado en busca de una vida mejor.Saludos.
    Gracias Eva y la verdad es que sí, es curioso, aparte de que si buscas esa calle existe, y Colonia de Sacramento tambien.Besos y saludos.

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  5. lindo texto cómo siempre Hydro , saludoss.

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  6. QUE DECIR DE ESE SOLDADITO?SOLO ESPERAR Q ENCUENTRE UN LUGAR MENOS HOSTIL! Y MI QUERIDISIMA CALLE DE LOS SUSPIROS ESTA MUY BIEN RETRATADA..UN BESO Y GRACIAS AMIGO.

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